La calidad de un buen vino rosado no desmerece en nada a la de cualquier tinto o blanco. Se trata de un vino que se elabora con variedades de uva tinta o bien con una mezcla de variedades blancas y tintas. Es, por lo demás, un vino muy versátil que marida a la perfección con una gran cantidad de platos.
A continuación te mostramos cinco reveladoras curiosidades en relación con el vino rosado:
Tipos de vino rosado
En principio, se pueden establecer dos grandes tipos de vino rosado: los de corte seco y los de corte dulce.
Los rosados de corte seco con las más comunes en casi todo el mundo. Para su elaboración suelen mezclarse de dos a tres variedades de uva diferentes.
Los rosados de corte dulce se consiguen evitando que fermente en alcohol todo el azúcar. Las variedades de uva Garnacha o Merlot son las que se ajustan mejor a la elaboración de este tipo de vinos.
Maridaje del vino rosado
Una de las peculiaridades de los rosados es que maridan a la perfección con gran cantidad de platos. Son vinos perfectos, por ejemplo, para acompañar con quesos suaves, embutidos y carnes ahumadas, así como con toda clase de pescados y mariscos, gracias a su sabor afrutado. También maridan muy bien con platos ligeros elaborados con pasta o arroz.
Estos vinos son también ideales para tomar con sándwiches de jamón o pollo, ensaladas de frutas, patatas o huevos. Por si todo esto fuera poco, son también ideales para maximizar el sabor de los postres.
El color del vino rosado
Estos vinos extraen su color del mismo modo que lo hacen los vinos tintos, esto es, por el contacto del mosto con los hollejos de la uva tinta durante el proceso de fermentación. La diferencia estriba en que este contacto es más corto en el caso de los rosados. Así, cuanto más tiempo esté la piel de la uva en contacto con el vino, más oscuro será el color del rosado.
Elaboración de los vinos rosados
Estos vinos se elaboran dejando macerar las uvas durante unas horas, en función del color y la estructura que se desee obtener; luego se sangra el depósito y se extrae el mosto para su fermentación. Esta última suele realizarse en depósitos de acero inoxidable a temperatura controlada, a fin de mantener en lo posible todos los aromas primarios de la uva. Algunos rosados fermentan en barrica y son sometidos a cierta crianza para aportarles más cuerpo.
Vino rosado espumoso
Merecen, por último, especial mención los vinos rosados espumosos, que se obtienen mediante una fermentación, bien en botella, bien en depósito, en la que se genera dióxido de carbono. Este vino rosado espumoso se caracteriza por sus finas y abundantes burbujas, debiendo tomarse siempre frío, a una temperatura que no supere los 8 grados centígrados.